La Infanta, el Gino y otr@s campeones

Tres  mújeres  en  el  equipo  técnico de una unidad móvil!!.  De no  haber  coincidido  con el  exito de  España en el mundial hubiera sido titular  en    todos los  medios  de comunicación pero  por suerte, en la mayor  maraña de  medios  vista en la  Villael freelance errante   estuvo  allí  para  contarlo.

La mejor posición para un cámara en un acontecimiento de grandes multitudes es en casa sobre el sofá, después sobre un consistente prácticable rodeado de vallas, después sobre un prácticable simple, después con una ENG y después con una ENG RF. La diferencia entre la ENG y la RF cuando se trabaja mil horas, es proporcional al número de días que dura la Marca colorada que te queda en el hombro. Pese a ello, no es motivo para que cuando en la reunión el realizador pregunte que cámara queremos cada uno, me pida la RF.

Las  masa puede ser capaz de sacar de sus Casillas a un cámara pero es un error creer que en un prácticable se está más a salvo, especialmente si esta falto de los quitamiedos y sí a su alrededor no tiene dos anillos unidos por otras vallas entrelazadas formando triangulos y por supuesto, todas bien unidas porque sí no lo están, es como si no hubiera nada. Eso lo aprendí de un segurata , una noche en Cibeles después de esquivar una litrona que me lanzaron, al tiempo que el realizador me decía; «Joder macho, no te muevas que estás pinchado». Lo recuerdo porque en aquella, no tenía ni tally, ni retorno, ni podía hablar por el intercom. No hubiera estado mal que el extintor que desde la marabunta alguien lanzó sin daños personales sobre la movil aquella misma noche, hubiese impactado justo cuando me decía aquello. En esta ocasión no tendré que preocuparme mucho porque la cadena para la cual curro hoy, ha contratado «Staff» y me adjudican Cuatro mozos… La primera vez en mi vida que me ponen seguridad para grabar.

Por ayudantes tampoco puedo quejarme y es que estuvieron turnandose, Charlie -al cual no conocía pero debe haberse «educado» en algún buen sitio porque es de los que ayudan al operador a cargar la cámara y a cogerla cuando la dejas en el suelo-, el veterano Gino y Alejo que ya desde la primera hora despuntó al llevar a la móvil unos termos con café y leche mientras esperabamos el supuesto primer directo del día que como era de esperar, nunca hubo. Sin duda un equipo de campeones.

Campeones y campeonas porque como decía al principio, había tres mújeres en el equipo técnico, un hecho sin parangón y que de haber ocurrido esto en mis días de montaje y desmontaje, no sé que hubiera podido no ocurrir. Una  de ellas a media tarde tiene la piel quemada por el sol y me enseña la marca que le ha dejado por el top; «Ahora tendrás que tomar el sol en topless para igualar…», aconsejé a la brava compañera. Otra campeona que andaba por allí es Elena, a quien tuve en producción en mis años de eng para Telemadrid y que ahora está en la cadena para la que trabajo hoy. Me alegra volver a verla, yo era admirador suyo, siempre dije que era de las productoras que mejor manejaba el cuadrante de los eng’s y las salidas, algo nada fácil pues la media era de 50-70 salidas diarias y cuadrar esa locura es complicado. El beso que la doy no es el beso de Iker  a Sara pero es un beso con cariño, algo de lo que no pueden presumir todas las productoras. Hablando de Sara Carbonero a otra Sara. He de decir que no le guardo ningún rencor a mi estimada Sara de sonido por el intercom que tuve que sufrir, del año catapun y de los que hacen daño.

Escoltado por cuatro Torres y mejor ayudado, la marea humana no para de crecer. Miles de grupos, parejas, jóvenes y menos jóvenes. La madre que acompaña a la hija, los currantes escaqueados y el inevitable grupo solo de tios y sin camiseta que al ver a una espectacular joven acompañada por su novio corean; «MORENA COQUETA, ENSEÑA UNA TETA»

Cuando el sol comienza a bajar y estoy en uno de mis descansos sobre el Puente del Rey, muy cerca de una placa en el suelo; «Puente del Rey, anchura original de 4’15 mts. 1828» veo sobre la línea del horizonte siete luces blancas volando por encima del mítico y menospreciado rio Manzanares, justo hacía donde estoy. No es un ovni, es la Patrulla Águila que viene a colaborar con el espectaculo dibujando una inmensa bandera española como homenaje de los ases del cielo a los ases del balón.

Al caer la noche el bus de los campeones cruza por el Puente de Segovia y un adelgazado Carlos Latre que lleva entregandolo todo sobre el escenario desde hace horas, pide a la masa que llena la otra orilla del rio desde Príncipe Pio a La Riviera que disparen los flashes de las cámaras para saludar a los campeones y es aquí cuando me hago el paneo más largo que he hecho en mi vida. La imágen que tuvieron que ver los jugadores de la selección desde el bus, debió ser memorable. El resto del tiempo de espera sobre el prácticable para los robots de luces a pie de escenario en el que estamos a la espera de la llegada de la selección, me sirve para conocer a una interesante gente de publicidad pero la noche todavía tenía un par de sorpresas reservadas.

El espectáculo previo a la llegada de los jugadores estaba llegando a su fin con la actuación de un conocido Dj cuando me dice Alejo; «Está ahí la Infanta Elena», miro a mi izquierda y veo a un metro de mi, entre «nuestro» prácticable y el de tve, a una tía muy alta, con una camiseta y gorra de España y la cara pintada bailando, justo en ese momento se gira y nos mira. Por no quedarme pillado saludo con la mano moviendola a ambos lados (como saludan ellos cuando van en el coche) y me devuelve el saludo con energía, con el puño cerrado y el pulgar en alto. «Es verdad, es la Infanta Elena» . No había luz y no era el mejor ángulo pero eso no impide que al día siguiente se emita en un montón de televisiones.  Al rato de haber dejado de grabarla y mientras la música continua, Gino se pone a bailar detrás del prácticable y le seguimos el rollo, entonces la Infanta que sigue bailando, se asoma por detrás del bendito prácticable, ve a Gino bailando y este la ve a ella y sigue bailando como invitandola a unirse al baile y durante al menos quince segundos, la Infanta se marca bailoteo con «El» Gino que aunque no es deportista, lleva la camiseta de la selección porque es delantero centro… Tremenda la Infanta Elena, nos ganó los corazones, ¡que sea la próxima Reina!

Al día siguiente, con el cuerpo molido y con un dolor de cabeza como sí hubiera tenido que marcar el gol de Carles Puyol por culpa de los malditos cascos, veo las imágenes en otra cadena  que no era para la que había trabajado y no puedo dejar de volver a sentir esa amarga sensación de que alguién ha vuelto a rentabilizar una iniciativa de unos trabajadores subcontratados. Estabamos en ese prácticable para las robotizadas de luces porque justo ahí comenzaba la zona exclusiva para tve -zona a la que no teníamos acceso- y cuando nos negaron el acceso a esa zona, le dije a uno de los machacas que nos habían estado acompañando todo el día, sí podía negociar con sus compañeros la posibilidad de subir al ya archicomentado prácticable. También recuerdo que mientras esperabamos allí a la selección el realizador me pidió me moviese por allí para variar de planos y le convencí que era mejor me quedase allí porque corría el riesgo de perder tan privilegiada posición. También estabamos «atrincherados» en esa posición gracias a la cadena humana que formaron Alejo y Gino, de tal modo que nunca quedé solo a la hora de tener que ir a por un micro ó una batería… Ya lo decía antes, un equipo campeón, en fin…

La última sorpresa de la noche también me vino en un momento inesperado ya con los jugadores sobre el escenario, resistiendo el dificil tirón final del largo día. Una joven desconocida, alta y de ojos claros me pone la mano en el hombro con gran confianza y me pregunta; «¿Que tal?».  En otra ocasión la hubiera puesto mala cara porque las espontaneas muestras de cariño antes de la foto cuando falta espacio, me huelen mal pero tal vez por estar todavía reblandecido por la imágen de Sergio Ramos llorando mientras sonaba el himno el día que España ganó la final de la copa del mundo y perplejo por el desparpajo y saque de la misteriosa dama, me dejo llevar. No me he enterado cuando ha subido pero enseguida me percato que está estupenda. Está tan buena que es de las que no se arregla demasiado para no arrasar. Me tiene tan impresionado por el fisico como por el intelecto. LLeva una cámara de fotos y doy por hecho que trabaja para algún medio pero más tarde caigo en la cuenta que no está en la zona para los fotografos; Está en zona restringida. Al rato y como suele ocurrir en los mejores momentos por el intercom el realizador me pide que abandone esa zona y me marche a la parte de atrás para coger a los jugadores cuando abandonen el escenario. «Chicos, nos vamos detrás del escenario». No hay tiempo para muchas despedidas y me voy con la sensación que volveré a verla aunque supongo que lo mismo pensarán los jugadores de la copa del mundo.

Mientras suena ese himno tan moña como es el «We are the champions«, el casi equipo de fútbol que formamos entre machacas y técnicos, se pone en movimiento. Llegamos a la parte de atrás a la espera de un plumilla que nunca aparecerá, al tiempo que los fuegos artificiales truenan. Al cuarto de hora me dicen que vaya al set de la cadena a esperar y al poco de llegar se acaba el programa y el realizador se despide; «Muchas gracias a todos, hasta la próxima» …¡Joder!,  esperemos que la próxima no tengamos que esperar ochenta años.

Con mis mejores saludos!!

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