Todos los miércoles son lunes

Exterior día. Son las dos de la tarde de un miércoles de primavera, en el jardín de una tranquila urbanización de adosados a las afueras de Madrid. En torno a una parrilla cuatro experimentados cámaras y un todavía más experimentado ccu, se han reunido para debatir ideas y proyectos que puedan cambiar el mal momento laboral que viven. 

Sobre la mesa, los paquetes de Pueblo, Golden Virginia y otras marcas de tabaco para liar, han sustituido a los Camel y Marlboro que antaño acompañaban alegremente los bolsillos y pulmones de los currantes. También adornan la mesa varios chuletones tamaño Picapiedra guarnecidos por otras delicatessen ibéricas y acompañadas por varias botellas de vino de la Ribera del Duero, güisqui de Escocia, y ron del bueno pues no hay mejor postre, con permiso del orujo de hierbas. Estropea el bodegón la inevitable botella de dos litros de Coca Cola. Sin duda un buen plano para deducir que el paladar es más exquisito que los pulmones.

 

 Exterior.Sobremesa en la misma mesa. A quien esto escribe le suena el teléfono, es de una productora con la que había trabajado por primera vez hace poco… Que buen rollo, bolo va a caer!!. Responde al aparato

-Si, dígame…

-Hola!, ¿Anselmo?* *Llamaremos Anselmo a un buen amigo y compañero conocido por todos los allí reunidos.

– No, no soy Anselmo

-¡Ah! perdona, me he equivocado, quería llamar a Anselmo, perdona.

-… No te preocupes… Pero guarda bien mi número por si acaso (En tono coloquial)

-Si, perdona

Fin de la conversación telefónica. Fin de la lírica

Menos mal que no comemos carne humana, pescado debería decir en esta ocasión ya que la traspapelada interlocutora era fémina aunque esto también me obligaría decir aquello de; «Joder, no joderemos pero joder que ganas tenemos»

No es algo que ocurra todos los lunes, ni todos los miércoles, ni tampoco es la primera ni sera la última, así que no deja de ser una simple anécdota, jode pero al menos Anselmo es amigo y no enemigo. Incluso puede servir para dejar correr la imaginación y pensar que tal vez sea el inicio de una gran amistad con la traspapelada productora pero sin olvidar que la imaginación siempre suele ser bienintencionada… Mejor el buen ron que la mala sangre.

Al relatar a los impacientes y expectantes amigos la conversación, se puede volver con el guión de la serie de los profesionales de «lo audiovisual»:

-¿Y por que llaman a Anselmo sí deberían llamarme a mi? … Dice uno

-¡Eh! un momento. En todo caso deberían haberme llamado a mi primero que fui el primero en currar con ellos- Dice otro, en tono coloquial

Exterior tarde. Sigue la fiesta…

El sábado (que también fue lunes) me llama nuestro estimado Anselmo para comentar un asunto, le cuento la película de  la llamada del miércoles y me dice:

– «Que putada! ¿pero sabes por que me llamaron a mi?… El martes me hicieron ir a un rodaje que se había caido y no me avisaron»

Con mis mejores saludos!!!

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